domingo, 22 de noviembre de 2009

La vida es así de extraña. Decido escribir mi diario, convertir mi ociosidad en algo, no solo productivo, sino memorable, y encuentro un trabajo. Llevo días sin escribir una sola letra, ni dentro ni fuera de de este libreto, y aunque me duela sentirme separado del cómodo despego de la pluma, he de reconocer que prefiero sentir la sangre bullendo en las arterias y el dolor palpitando en mis rodillas, al desmadejamiento del oficinista que suele sentir todo escritor prolífico.
Trabajo de ayudante en un almacén de materiales de construcción. Básicamente, cargo ladrillos y sacos en los vehículos de los clientes, y al llegar a casa me duele tanto el lomo que tengo que hacerme friegas con alcohol de romero. Aunque desde el punto de vista literario me está dando buenos frutos. Cómo sino iba a aprender yo términos como yeso controlado o cola unilateral. ¡Cola unilateral! ¿Me puede explicar alguien en que consiste? ¿Pega solo por un lado?, ¿Resulta innecesario llegar a consenso alguno para tomar la decisión de usarlo? Hasta donde me alcanza la memoria, no creo haber visto jamás ningún ente con un solo lado. Me muero por abrir un bote, pero vienen cerrados a cal y canto.
Me caigo se sueño. Días duros para la construcción, dicen alguno."Duros, duros", les contesto yo, "duros, duros".

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